"Los periódicos se hacen, en primer lugar, para que los lean los periodistas; luego los banqueros; más tarde, para que el poder tiemble y, por último e inexistente término, para que los hojee el público." Antonio Fraguas, "Forges", humorista español. * "Una prensa libre podrá ser buena o mala, pero sin libertad la prensa siempre es mala." Albert Camus, escritor francés. * "La literatura es el arte de escribir algo que se lee dos veces; el periodismo, el de escribir algo que se lee una vez." Cyril Connolly, escritor británico *







martes, 11 de enero de 2011

QUIZÁ NI SEQUEDAD NI DILUVIO

JOSEP MARÍA ESPINÁS

EL PERIÓDICO, 11-1-2010

En una entrevista, Miquel Pairolí, un escritor por quien siento un gran respeto, dice que yo defiendo «una prosa seca». No dudo de que hay escritores más jugosos y algunos son, incluso, brillantes. Quizá una cierta incomodidad que siento ante el lucimiento puede explicar que alguien me considere un escritor seco. Pienso que algunos artículos y libros míos no lo confirmarían, pero el derecho personal al gusto literario es innegable.

Es verdad que no estoy inclinado a la verborrea ni a añadir gratuitamente palabras a un texto. Soy un gran admirador de Josep Pla, y soy igualmente sincero cuando digo que no me gusta cuando se dedica a añadir palabras que significan lo mismo. Por ejemplo, «una evidencia visible». ¿Es que puede haber evidencias que no sean visibles? Quizá soy seco si no soy capaz, como el maestro, de ensartar una serie de adjetivos similares: «una fredor glacial, gebrada, frigorificada». Y en la misma página: «El romànic és un estil humà, cordial, íntim i calent». No soy partidario del abarrocamiento efectista. Aspiro a encontrar las palabras precisas, a la flexibilidad natural de las frases, a evitar el riesgo de enamorarse de la propia prosa para no caer en la pirotecnia verbal.
Lluís Llort, en el diario Avui, avisa de que hay poetas que añaden una confusión innecesaria para dotar a su poesía de un pedigrí artificial. Y recuerda un poema de Rubén Darío que empieza así: «Qué púberes canéforas te ofrenden el acanto». Y dice que García Lorca, al escucharlo, dijo: «Por favor, vuelve a empezar, que sólo he podido entender el qué».

Más espectacular es un poema de Dylan Thomas que se tradujo al castellano con estas palabras: «Las rosas resfriadas mueren en la destornillada tarde del beso hierático de un adiós azul, luengo y uniforme torpe y que bebo abrazos de cartón». No sé qué lenguaje defendía Thomas, quien decía de sus poemas: «No los entiende ni mi madre». En cualquier caso, no he defendido nunca una prosa seca. De hecho, me guardaré de defender ningún tipo de prosa. Siempre es un poco arriesgado juzgar el estilo de los otros a partir del propio. La calidad se puede descubrir en todas partes. Lo único que espero encontrar en cualquier texto-como digo en el libro que cita Pairolí- es que esté cocinado con acierto, con el punto justo de cocción para que no llegue a ser indigesto.

Si defendiera la sequedad, no podría creer en la calidad de la prosa de Pairolí, a quien deseo éxito con su último libro.

JOSEP MARÍA ESPINÁS es periodista y escritor.

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