"Los periódicos se hacen, en primer lugar, para que los lean los periodistas; luego los banqueros; más tarde, para que el poder tiemble y, por último e inexistente término, para que los hojee el público." Antonio Fraguas, "Forges", humorista español. * "Una prensa libre podrá ser buena o mala, pero sin libertad la prensa siempre es mala." Albert Camus, escritor francés. * "La literatura es el arte de escribir algo que se lee dos veces; el periodismo, el de escribir algo que se lee una vez." Cyril Connolly, escritor británico *







miércoles, 15 de septiembre de 2010


ELOGIO DE LA MUJER MADURA
JOANA BONET
"LA VANGUARDIA", 15-9-2010

Una gran parte de los iconos del siglo XX nunca parecieron jóvenes. Me refiero a las mujeres, por supuesto, ya que los señores nunca tuvieron que ampararse en la juventocracia para triunfar. Reviso detalles en viejas fotos: la Callas y sus labios altivos, la nariz tan italiana y unas cejas que enmarcaban misterio y desolación a partes iguales. O las ojeras hundidas de Sophia Loren y un rictus de helada sensualidad en sus labios, justo después de casarse a los 23 años con Carlo Ponti. Simone Signoret fotografiada en su apartamento de París frente a la chimenea, con su inseparable cigarrillo y sus bolsas en los ojos. O Catherine Deneuve, que incluso de adolescente parecía una mujer adulta, con la distancia erguida en los pómulos. ¿Es que alguna vez quiso parecer joven Jeanne Moreau? De Barbra Streisand a Charlotte Rampling, pasando por Isabelle Huppert o las musas de Avedon: Marella Agnelli o Davinia, posando en Cabo Cañaveral en los años 50, nunca quisieron parecer menores de edad. Las belleza rotunda equivalía a plenitud y glamur en los tiempos de Horst. Los cuellos largos y los perfiles duros, el enigma rizado entre las pestañas. Casi todas parecían señoras. Mujeres difíciles que expresaban un aplomo refinado y un misterio, alejadas de lo juvenil, por aquel entonces anecdótico, vulgar, demasiado obvio.

Pero la década de los 80 se instaló como un arco iris dispuesta a rejuvenecer los asilos. La regresión se hizo absoluta y el elogio de la juventud alteró el paisaje: desde la publicidad hasta la moda, el cine o la música, sus affiches eran tiernos y locuelos, con muchachas jugando con su micromini y sus calentadores de aerobic. La madurez asistió a su desprestigio, mientras proliferaban las amantes jóvenes y los señores encanecidos bailaban Aserejé. La medicina estética declaró la guerra universal a la arruga y el mundo entero se hizo un lifting, deseoso de novedad y sobre todo de levedad.

John Berger describió con precisión lo que ocurre cuando un dibujo alcanza su "punto de crisis": "En todo dibujo hay un momento en el que sucede esto. Lo llamo punto de crisis porque a partir de entonces su éxito o su fracaso ya está determinado. Si el dibujo es de algún modo verdadero, estas exigencias probablemente corresponderán a lo que todavía puede descubrirse buscando. Si es esencialmente falso, acentuarán su error". En las personas pasa lo mismo, de repente se hallan ante un punto de crisis en la construcción de sí mismas. Y hay pocas dudas en sospechar que el enorme punto de crisis de nuestra iconografía social radica en la exaltación de una impostada juventud, más máscara que retrato.

Aunque desde hace un tiempo, cada vez con más vehemencia, la publicidad demuestra que es rentable fichar para sus campañas a mujeres de más de cuarenta años –como recordaba este verano Màrius Carol en el Magazine–. San Sebastián se rinde ante Julia Roberts –42 años–, la mujer más deseada del mundo según la revista People, que el próximo lunes recibirá el premio Donostia del festival de cine.

Esta temporada, creadores encabezados por Miuccia Prada anuncian que la moda, por fin, ha reconquistado su mayoría de edad. No debería ser una tendencia efímera que la personalidad gane a la pose y la experiencia a la ingenuidad. Tilda Swinton, Isabella Rossellini, Sharon Stone, Pastora Vega o Ángela Molina contradicen a quienes apodaron la cincuentena como la edad del pánico (en el caso de las mujeres, la edad de piedra pómez). Y míralas, ahí están, esas que han amado y han reído demasiado, que han logrado espantar la inseguridad enderezando la espalda y que han conquistado una belleza propia de quienes además de envejecer siguen creciendo.

JOANA BONET es periodista y actualemente dirige la revista "Marie Claire".

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