"Los periódicos se hacen, en primer lugar, para que los lean los periodistas; luego los banqueros; más tarde, para que el poder tiemble y, por último e inexistente término, para que los hojee el público." Antonio Fraguas, "Forges", humorista español. * "Una prensa libre podrá ser buena o mala, pero sin libertad la prensa siempre es mala." Albert Camus, escritor francés. * "La literatura es el arte de escribir algo que se lee dos veces; el periodismo, el de escribir algo que se lee una vez." Cyril Connolly, escritor británico *







lunes, 13 de septiembre de 2010


EL AVESTRUZ Y LOS CHICOS DEL JARDÍN
ANTONI PUIGVERD
"LA VANGUARDIA", 13-8-2010

Titular escalofriante el de ayer: “Uno de cada cuatro jóvenes catalanes ni estudia ni trabaja”. En plena era pesimista, pocas noticias más preocupantes que esta pueden leerse, pues no solamente afectan al presente, sino que anuncian un futuro de insomnio. Según un estudio de la UGT, una cuarta parte de nuestros chicos no da un palo al agua. Están en fuera de juego. ¿Forman parte de las llamadas clases pasivas? En cierta manera sí, pues viven a costa de alguien: de sus progenitores y de las múltiples formas de protección social. Pero los jubilados reciben compensación de la sociedad por sus décadas de trabajo productivo (compensación generalmente avara), mientras que estos jóvenes no han aportado absolutamente nada al común. “Ni-ni”, les llaman. No se forman. Ninguna actividad productiva les ocupa. Ni estudian ni trabajan, pero comen, visten, se desplazan y divierten. Son un peso muerto para la sociedad. Peso muerto: por fea que sea la expresión, las cosas hay que decirlas por su nombre (hemos abusado de la elipsis para describir las espinas sociales y el vocabulario del avestruz empieza a cobrar sus facturas). Si ahora los ni-ni son para sus familias y para la sociedad un tremendo problema, ¿qué serán dentro de unos años? Estamos hablando de una bomba social de efectos retardados. ¿Qué harán cuando a partir de los treinta y pico el espejo refleje la pérdida de la alegre juventud, que todo lo justifica? ¿A qué tipo de insoportables tensiones e irresolubles problemas deberá enfrentarse la sociedad del futuro, si, con la pirámide de la edad invertida y con una altísima tasa de pensionados, resulta que una cuarta parte del sector productivo queda anclada en el fuera de juego?

Siendo esta noticia una de las peores que pueden leerse en estos años tan difíciles, es probable que pase de puntillas. Mientras los enredos politiqueros, el circo deportivo y los entremeses identitarios (del burka a los toros) desatan inagotables tormentas de palabrería, los problemas de fondo desaparecen a gran velocidad por el desagüe de los medios. Y, sin embargo, estamos todavía a tiempo de reaccionar. El fenómeno ni-ni tiene orígenes variados y complejos. Uno de ellos es el desprestigio social de la educación, del que hablaré, si les parece, en una próxima columna. Otro factor capital es la ruptura tectónica entre tradición y modernidad. Demonizada por represora y asfixiante la visión de la vida presidida por “el sudor de la frente”, hemos divinizado la diversión en detrimento del trabajo, mientras la libertad sin límites se imponía por goleada a la libertad regulada por la ley. Comentando el estudio, la responsable de UGT criticó ayer la oferta educativa: no es adecuada para los jóvenes. Seguramente. Pero el núcleo del problema es otro: los ni-ni han crecido en el jardín de los derechos sin deberes.

ANTONI PUIGVERD es periodista y escritor.

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